Nuestro cuerpo es fruto de la evolución a lo largo de millones de años. El origen de la línea evolutiva humana se sitúa hace 7 a 13 millones de años atrás. Desde entonces el cuerpo humano se ha ido adaptando a las necesidades del entorno. Hoy queremos decirte, ¡Muévete, tu cuerpo lo necesita! Pero, ¿Por qué es tan importante la actividad física? ¿Qué relación guarda con la historia de la humanidad?

La evolución del cuerpo físico

Si volvemos al pasado, a los orígenes de la humanidad, debemos decirte que las necesidades de nuestros ancestros como caminar largas distancias, cazar, recolectar alimentos y construir refugios, los mantenían en constante actividad. La vida diaria ya implicaba mucho movimiento y esfuerzo físico.

¡Muévete, tu cuerpo lo necesita! El ejercicio tiene muchos beneficios

Las adaptaciones evolutivas han permitido a los seres humanos evolucionar para ser físicamente activos durante toda su vida, incluyendo la vejez. Los recursos, en general, eran escasos lo que implicaba, por un lado, conservar la energía por ser limitada y, por otro lado, que todos los miembros de la sociedad contribuyeran a la consecución de energía. Esto solo era posible si eran capaces de mantenerse físicamente activos durante toda la vida.

Desde el inicio de la Revolución Industrial (1760), a la actualidad, han transcurrido 264 años. La Revolución Industrial marcó el punto en el que el ser humano, en la sociedad occidental, cambió el estilo de vida activo y físicamente muy activo por otro cada vez físicamente menos exigente y más sedentario. Esto se debió a que a las fábricas llegaron las máquinas y, por lo tanto, el trabajo dejó de suponer un gran esfuerzo físico. Estos 264 años representan el 0,0036% de la historia evolutiva humana y, desde el punto de vista evolutivo, prácticamente irrelevantes.

Muévete, tu cuerpo lo necesita, aunque no lo creas

¿Qué relación guarda la historia de la evolución humana, la Revolución Industrial y la salud física? Aunque no lo creas, el cuerpo humano sigue evolutivamente preparado para un funcionamiento exigente. Además, debido a esta adaptación evolutiva, el organismo está preparado para trabajar a lo largo de toda su vida, pero es algo que no ocurre en la actualidad, cosa que acarrea muchos problemas de salud.

Si volvemos al pasado, debemos decirte que, antiguamente, el hombre necesitaba conservar energía, siempre que fuera posible, porque la comida no siempre estaba disponible. Básicamente, el descanso y la inactividad eran formas de ahorrar energía para aquellos momentos en los que era verdaderamente necesaria. La tendencia natural hacia la inactividad no ha desaparecido.

En una sociedad en la que no hay escasez de alimentos y el estilo de vida no es físicamente exigente, unido a la tendencia natural de la inactividad, no es de extrañar que la obesidad se haya convertido en una epidemia.

El cuerpo está preparado para seguir activo incluso en la vejez

Los efectos de la actividad física sobre el cuerpo

¡Muévete, tu cuerpo lo necesita! No nos cansaremos de repetírtelo. Pero, ¿Cuáles son los beneficios de la actividad física para la salud? Te contamos que el cuerpo humano está diseñado para ser activo y, precisamente, esta actividad física tiene un efecto reparador.

  • Mantenimiento del sistema musculoesquelético. La actividad física ayuda a mantener los músculos, huesos y articulaciones fuertes y funcionales. Sin ejercicio, estos sistemas se deterioran rápidamente, de forma similar a lo que sucede con las bisagras. Si se usan de forma regular, pueden funcionar casi de forma infinita, sin embargo, la falta de uso hace que se atasquen y si se fuerzan, se estropean. Con movimiento se pueden llegar a recuperar completamente.
  • Regulación del metabolismo. El ejercicio periódico contribuye a regular el metabolismo, cosa que previene enfermedades como la diabetes tipo II.
  • Reparación celular. La actividad física promueve la reparación de las células, a la vez que se eliminan las células dañadas. Esto puede reducir el riesgo a padecer enfermedades como el cáncer.
  • Reducción de la inflamación basal. Según numerosas investigaciones, esta desinflamación se asocia a enfermedades no infecciosas como las cardiopatías, el Alzheimer, el cáncer de colon, etcétera.

El ejercicio tiene costes energéticos, pero son superados por los beneficios a largo plazo para la salud y la longevidad. El ejercicio físico provoca en el organismo unos daños que tienen que ser reparados. Sin embargo, estas reparaciones no devuelven el organismo a su estado anterior, sino que, en muchas ocasiones, a un estado mejor que el que tenía. De forma similar a lo que ocurre cuando, por ejemplo, al lavarnos, salpicamos agua y al limpiar la salpicadura vemos alrededor del grifo restos de cal. Sacamos un producto antical, un estropajo y eliminamos esos restos. De tal forma que al final, ensuciamos el lavabo, pero terminamos dejándolo más limpio que al principio.

Estos mecanismos de mantenimiento y reparación, provocados por la actividad física, perduran y siguen funcionando también cuando envejecemos, lo que permite que los mayores físicamente activos se puedan seguir aprovechando de estos ellos, evitando la fragilidad y beneficiándose de una mayor calidad de vida.

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