El estrés implica todas aquellas situaciones de sobrecarga o presión que afectan a la persona. Estas situaciones influyen, considerablemente sobre el cuerpo y dependen de si se cuenta con recursos suficientes para afrontarlas. ¿Qué relación guardan el entrenamiento y estrés? ¡Te lo contamos en este artículo!

¿Qué es el estrés?

Al hablar de estrés, nos referimos a un tipo de tensión que se produce en el organismo y que genera una reacción, tanto a nivel físico, como emocional. El estrés puede generarse como una respuesta automática o natural en el individuo y que aparece ante algunas situaciones o pensamientos propios que tengan carácter amenazador, frustrante o desafiante.

Entrenamiento y estrés¿Son compatibles?

El problema es cuando el estrés no se gestiona de inmediato ni de forma adecuada. ¿Por qué? Porque los niveles de estrés, de forma continuada y prolongada pueden acarrear numerosos problemas de salud que se ven plasmados tanto en síntomas físicos como emocionales.

¿Cómo funciona el cuerpo ante el estrés?

Ante las situaciones de estrés, el cuerpo reacciona. En un primer momento, el organismo intenta responder ante una situación amenazante, con el objetivo de superarla. Por otra parte, y una vez superada esa sensación o situación de amenaza, el cuerpo se prepara para afrontar una situación similar a la ya vivida; en esta segunda etapa, el cuerpo cuenta con más herramientas y, además, se encuentra en mejores condiciones.

Sin embargo, para que esta segunda fase pueda ocurrir, es necesario que, en primer lugar, se supere la amenaza. En segundo lugar, es indispensable que el cuerpo cuente con la energía suficiente, y una situación de calma que permita poner en funcionamiento los mecanismos de mejora. Queremos destacar, por otro lado, que el problema del estrés, no es el estrés en sí mismo. El gran inconveniente para el cuerpo es cuando estos niveles de estrés se mantienen y prolongan con el tiempo, cosa que no permite que entren en acción los mecanismos de la segunda fase.

Cuando después del estrés el cuerpo sigue una fase de relax, es posible progresar, avanzar, volverse más fuerte, creativos y, en general, te enriqueces como persona. Sin embargo, si a la primera situación de estrés le sigue otra, que, a su vez, encadena con otras tantas, las capacidades de la persona van disminuyendo y, eventualmente, llega a enfermar.

Entrenamiento y estrés: ¿Qué relación guardan entre sí?

¿Por qué hablamos de estrés dentro de la actividad física? Queremos contarte que los entrenamientos son situaciones de estrés a las que se somete el cuerpo. Si el nivel de estrés físico es adecuado (ni muy bajo, ni excesivo) y si existe un tiempo de descanso prudente y adecuado antes del siguiente entrenamiento, el cuerpo se encontrará en óptimas condiciones. Es decir, estará preparado para afrontar el nuevo reto, incluso en mejores condiciones. Se trata de la base de toda actividad física.

De hecho, el estrés, seguido de un tiempo adecuado (de descanso), es lo que nos permite progresar físicamente. Si no hubiera una fase de estrés, sería imposible progresar. Aunque, si no hay descanso, de por medio, ocurre lo contrario y hay un retroceso.

Los tipos y situaciones de estrés

Cabe destacar que hay varios tipos y situaciones de estrés:

  • Agudo. Ocurre a corto plazo y, así como aparece, puede desaparecer en poco tiempo. Este tipo de estrés aparece en situaciones y que necesitan de una reacción inmediata. Es decir, son situaciones de estrés eventuales.
  • Crónico. La situación se prolonga porque se van encadenando episodios a lo largo del tiempo. Es necesario controlarlo.
El entrenamiento también genera estrés para el cuerpo

Las situaciones de estrés esporádicas no suponen un problema y no son perjudiciales, básicamente porque los seres humanos tienen una alta capacidad de adaptación. Por otra parte, cuando no se cuentan con los medios suficientes para adaptarse a un desafío, el estrés supera a la persona. Aquí es cuando los niveles de estrés se disparan y pueden acarrear consecuencias nocivas para la salud.

Cuidado, pues el estrés no siempre es negativo. Todo depende de las sensaciones y emociones que pueda despertar en la persona que lo está sufriendo.

¿Qué es el distrés?

Cuando la situación de estrés se prolonga, se le conoce como distrés. Esta situación se relaciona, estrechamente, con enfermedades que, por otra parte, aumentan las posibilidades de sufrir cáncer; además también acarrean problemas gastrointestinales, pues al intestino se le considera como «segundo cerebro», pues contiene altos niveles de hormonas.

El distrés tiene la particularidad de generar una respuesta negativa. Básicamente, porque la persona piensa que no será capaz de superar una situación de amenaza. Esto produce mayor irritabilidad y ansiedad.

Eustrés

El estrés puede producir una respuesta positiva y que, a su vez, se relaciona con una sensación de bienestar. A este se le conoce como eustrés y aparece, por lo general, cuando la persona ve la situación a la que se enfrenta, de forma favorable o superable.

El eustrés permite que una persona sea creativa, que tenga iniciativa, sea productiva y efectiva. Es decir, el eustrés es un tipo de estrés positivo. ¿Y por qué hablamos de entrenamiento y estrés o eustrés? Precisamente porque el estrés positivo aporta mucha más energía de la que, habitualmente, se tiene. Cuando el estrés es positivo, la persona no se siente fracasada o impotente, sino con toda la energía necesaria para llevar a cabo proyectos o sentirse satisfecho con los resultados (como la actividad física).

Los beneficios del estrés positivo

Ya te adelantamos que el estrés puede ser positivo y nos permite centrarnos en el problema, a la vez que se busca la forma de solucionarlo de manera directa y eficiente. Por otra parte, y como ya mencionamos, el estrés positivo genera energía, cosa que hace que la persona sea mucho más productiva.

Gracias a este tipo de estrés, es posible ser mucho más creativo y contar con ideas innovadoras. Si una persona es capaz de cambiar el enfoque del estrés que siente, podrá vivir una vida más positiva y que permita potenciar la creatividad.

Queremos destacar que el eustrés tiene efectos positivos sobre el organismo porque es capaz de convertir lo malo en algo bueno o mejor. Por lo tanto, es posible sentirse sin las tensiones que acarrea el estrés negativo: ansiedad, nervios, etcétera. Y claro, permite estar alerta para resolver situaciones que, a la larga, pueden convertirse en algo peor.

Al comprender el estrés y ver su lado positivo es posible sentirse mejor, no solo con uno mismo, sino con la situación y el entorno.

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