Si practicas alguna actividad física, debes saber que tu cuerpo necesita recuperarse. ¿Por qué es tan importante el descanso en el entrenamiento? ¿Qué tipo de descansos existen? ¿Cuánto tiempo necesita el cuerpo para retomar la actividad física? Resolvemos tus dudas en este artículo.
Los tipos de descanso en el entrenamiento
Cuando se habla del descanso en el entrenamiento se juntan dos conceptos: el descanso mientras practicas una actividad, es decir, entre repeticiones; y el descanso entre entrenamientos. Por ejemplo, después de una rutina de cardio puedes necesitar unos minutos antes de iniciar los ejercicios de fuerza o tomarte un respiro entre aparatos y esto se considera como descanso mientras te ejercitas.
Por otra parte, está, como ya adelantamos, la etapa de recuperación del cuerpo entre sesiones deportivas. ¿Debes entrenar a diario o tres veces por semana? ¡Todo depende de tus objetivos!
Cuando se trata de la actividad física es muy importante tanto la carga del entrenamiento, como la recuperación entre esfuerzos. Cuidado, pues no todas las personas requieren el mismo tiempo para volver a ponerse en marcha. Todo depende de los objetivos que se quieren conseguir, así como la condición física de cada persona. ¿Pero por qué hay que hacer un «parón» deportivo?
¿Por qué descansar mientras entrenas?
Cuando estás entrenando es muy importante tomarte unos minutos para descansar. ¿Por qué hacerlo? Son varias las razones por las que debe respetarse esta pausa entre ejercicios. Vayamos por partes.
En primer lugar, al realizar un esfuerzo de alta intensidad, los músculos involucrados en el ejercicio utilizan una fuente energética: la de los fosfágenos. Esta fuente puede utilizarse durante unos 10 minutos, pues la cantidad de fosfágenos es baja. Por eso, para que el organismo pueda recargarse y disponer de suficientes fosfágenos, es necesario descansar varios minutos entre series.
Si no se realiza una pausa suficiente, el esfuerzo y, por lo tanto, el entrenamiento, no se puede realizar con la misma intensidad. Por lo tanto, la práctica deportiva podría no dar los resultados deseados. Si los esfuerzos se prolongan, es decir, si no haces un descanso en el entrenamiento, se produce una acumulación de ácido láctico. Esto supone que se tenga que suspender el entrenamiento antes de tiempo o que sea necesario reducir la intensidad.
¿Qué es la ley de Selye en el entrenamiento?
El incremento del nivel de rendimiento deportivo se produce por la adaptaciones en la aplicación de cargas de entrenamiento. Para que esto ocurra, es necesario emplear estímulos que superen un umbral crítico deportivo. Es decir, que generen un cierto nivel de estrés en el cuerpo y que desencadenen una serie de respuestas en el plano fisiológico o bioquímico.
Para que la aplicación de estas cargas sea efectiva, es necesario tener en cuenta la ley de Selye o Síndrome General de Adaptación. Este principio sostiene que, ante una situación desestabilizadora, el cuerpo reacciona a través de ajustes fisiológicos específicos para cada estímulo. Estos permiten que el cuerpo intente hacer frente a la carga, restableciendo el equilibrio y adaptándose a la situación. En otras palabras, se trata de la capacidad del deportista para adaptarse, física y mentalmente, a las cargas aplicadas durante el entrenamiento.
Si quieres mejorar tu forma física, seguramente solo tienes en mente los esfuerzos que debes realizar durante la práctica deportiva y la cantidad de repeticiones que debes hacer o los ejercicios específicos a ejecutar. Sin embargo, esto constituye solo una parte del proceso de mejora, pues, de hecho, las mejoras se producen cuando no entrenas, es decir, cuando te tomas un descanso en el entrenamiento.
Descanso en el entrenamiento: Recupérate entre sesiones
Cuando practicas una actividad deportiva lo que haces es producir un estrés en tu cuerpo. Esto genera una disminución en las capacidades físicas, pero esto depende de diversos factores, como el volumen y la intensidad del entrenamiento; también se tienen en cuenta cargas anteriores, como las lesiones o si se practicó otra actividad previamente. La condición física y hasta la orientación de los entrenamientos influyen considerablemente.
Después del entrenamiento, si descansas, el cuerpo comienza a prepararse para estar en mejores condiciones para soportar la siguiente situación de estrés que produce la actividad deportiva. Además, si se le da al cuerpo el tiempo adecuado, las capacidades terminan estando por encima de las que se tenían antes del entrenamiento. Esta es una base del entrenamiento que se conoce como fenómeno de la supercompensación.
Consiste en producir una fatiga suficiente en el cuerpo para generar un estrés que el organismo pueda soportar. Después, es necesario dar un tiempo de descanso suficiente para que el cuerpo se encuentre en condiciones de recibir y soportar una carga mayor.
Pero cuidado, el descanso en el entrenamiento debe ser durante un tiempo adecuado, pues si se produce la supercompensación y si no hay un nuevo entrenamiento que estrese al cuerpo, las capacidades volverán al nivel inicial. Esto hace que sea muy importante ser constante en la práctica deportiva.
Si los entrenamientos se producen de forma aislada o muy separada, cada vez que practiques tu actividad física, estarás en situación inicial y no habrá mejora o esta será muy leve.
Por otra parte, si sobre-entrenas o no descansas lo suficiente, sin haber dado tiempo al organismo de completar su proceso de supercompensación, las capacidades irán disminuyendo. Es esencial que las cargas de entrenamiento sean adecuadas y que el tiempo de descanso entre repeticiones y, por supuesto, entre sesiones deportivas sea óptimo. Esto permitirá que haya una mejora considerable en tu condición física.